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El concepto de familia ha cambado a lo largo de los años.
Freud defendía que en la infancia los hijos compiten con los padres por el amor de uno de ellos. Ahora tienen que competir con sus trabajos y con las mil horas que dedican a las redes sociales.
Edipo ya no es lo que era y hay quien se aventura a decir que ha sido reemplazado por Narciso: queremos ser el centro de atención, los reyes de la casa, queremos que nuestros padres nos quieran pero además…queremos ser el centro del universo.
Para conseguirlo, automaticamente los hermanos se convierten en naturales y eternos rivales. Hasta para los que son hijos unicos. Porque antes de nuestra venida al mundo, nuestros padres ya imaginaban como seriamos. Lo crean o no, siempre nos han medido con ese hijo ideal creado a base de ilusiones, expectativas y anhelos que fue creciendo a la vez que nosotros como un doble.
Por eso, lo hijos únicos no son tan únicos como se piensan…
Para los que no son hijos únicos se convierte en un factor muy importante el orden de nacimiento de cada uno de ellos, la deferencia de edad, cuantos son hermanos y cuantos hermanas…
Porque diversos estudios coinciden en que el orden de nacimiento puede afectar en el cociente intelectual, en la personalidad, en como nos relacionaremos con el resto de las personas en la vida adulta, en nuestras inseguridades…
Es innegable que los padres se comportan de forma diferente con unos y con otros. Mienten cuando dicen que “se quiere a todos los hijos por igual”. Un padre puede ser, a la vez, un monstruo para unos y pasar todo la vida huyendo de él y un padrazo para otros alimentando un enamoramiento que acabara en complejo. Igual que la madres. Y su comportamiento puede provocar que se den Uniones (dos miembros se unen) o Coaliciones (cuando se unen contra un tercero) fomentando así la rivalidad, los enfrentamientos y el cese de relaciones entre hermanos.
Mientras que los primogénitos son más responsables y conservadores, los pequeños, que son los más protegidos por los padres y por los hermanos mayores, acaban siendo los más cariñosos al recibir el afecto de todos.
Sin embargo, el papel más dificil lo tienen los medianos que tienen que competir con los mayores por la atención de los padres y sufrir el desplazamiento de los que vienen detrás. Eso les obliga a ser más creativos y competitivos…casi supeprvivientes.
Como dijo el sociólogo Richard James Gelles. “ La familia es la institución más violenta de nuestra sociedad, exceptuando el ejercito en tiempos de guerra”. Quizá fue exagerado pero, tanto por exceso de amor o por defecto, nadie sale ileso de su propia familia y puedes llegar a tardar años en reponerte.
Edipo ya no es lo que era y ser Narciso llega a aburrir sobre todo cuando en la edad adulta Narciso se casa. Entonces, eso que llamamos familia se convierte en un campo de batalla y es mejor desertar. En esas situaciones nadie gana. Primero perder…para después ganar.
“Quiza, así separados, seamos más hermanos de lo que seriamos sentados comiendo juntos en una mesa.”
Thomas Mann