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sábado, 13 de junio de 2020

“MAMÁ, SE ME HA HECHO BOLA”


#Aleertoca #eltranviadelamoda #tecnología


He conocido a gente que vive por y para la tecnología. 


Gente que va asociando el bienestar en su zona de confort con compras desaforadas de electrodomésticos de ultimísima generación, como cafeteras que hablan, robots que te cocinan la comida… Gente que compra el último modelo de audífonos inteligentes que te dicen lo que debes hacer en cada momento. Gente que disfruta hasta el límite del placer, con las compras desaforadas y con la realización de programas de autoaprendizaje que crean adicción. 

Una forma de vida asociada a la inteligencia artificial.


 Y por una de esas curiosas coincidencias, conocí a otra gente que lo que tenia asociada a su vida era la negligencia artificial. Conocí casos cada vez más interesantes, como el audífono inteligente que le mentía a una pobre anciana cada vez que iba de compras. Y que solo fué descubierto como erróneo cuando su familia empezó a ver que volvía a casa con compras extrañas como un biquini tres tallas más pequeño, unos patines de cuatro ruedas en fila, una catana y un curso de patrón de yate. 
Según la defensa de la empresa, la pobre señora se lo había puesto en el oído equivocado…

Y a esto le añadimos el caso de un robot aspirador que había lesionado a un perro, un teckel, un animal dinámico y juguetón donde los haya que debido a su instinto cazador le encanta rastrear, pero que rastreó tanto que sufrió la succión de una parte de su cuerpo y llegó a quedar lesionado.
Según la defensa de la empresa fabricante, el puñetero perro era el culpable de la reacción del aparato ante el acoso del animal…

Sucede a menudo que a cualquier persona que preguntes acerca de un asunto de esta vida, te dirá que nunca le ha pasado nada igual. Que todo le va perfectamente. Y que en caso de que le sucediera está preparado para eso y para más y luego resulta que no lo está. 

Porque nadie está preparado para que, esas cosas en las que se pone toda la confianza del mundo, dejen de funcionar. Pasa en el deporte, en el amor, con la familia…y en los fondos de inversiones. Nos acostumbramos a que todo funcione correctamente y delegamos en la tecnología sobrevalorándola. 

En inglés existe una expresión que lo define de maravilla “mordiste más de lo que podías tragar”. En español tenemos una frase muy identificativa: “mamá, se me ha hecho bolo”. Y se nos ha hecho bolo con tanta tecnología y esta forma maquinal de ver la vida.

El mundo no es como creíamos, sino como temíamos y ya no se puede confiar ni en las máquinas. Obsolescencia programada. Vivimos en sociedades que presumen sus avances tecnológicos y no es para menos…convivimos con casos típicos que cambian nuestra forma de vivir las cosas. 

Pero estas adicciones a las que nos están sometiendo son positivas?
Depender tanto de la automatización de nuestra vida es bueno?

Desarrollos tecnológicos, inteligencia artificial, impresión 3D…soluciones tecnológicas para delegar la responsabilidad de las personas pero sin aportar respuestas: ¿Bien para quién?

  • www.eltranviadelamoda.com

  • Se puede ser feliz en todas las edades...
     

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