A ESTE LADO DEL PAPEL

#Aleertoca #eltranviadelamoda 

¡Qué trabajo más lento y laborioso el de alumbrar una obra, cuantas penalidades tiene que superar el escritor desde la primera hasta la última!

Jamás imagina el público la desesperación de la búsqueda del verso que no llega, que no se encuentra.

El texto que no sale...la frase que no se redondea, la palabra que se busca infructuosamente en las profundidades de uno mismo dudando del sentido...dudando del sabor de esa palabra a veces inadecuada, quizá demasiado conspicua.

Los escritores, seres hechos de palabras en primera persona. Embusteros que quieren contar la verdad, aporreando las teclas como auténticos kamizakes. Hasta que el lector detective que hay en ustedes descubre un error...en la historia.

Fechas cambiadas, historias reales inventadas...

¿Cómo se pueden creer a un caballero que pierde la cabeza en el primer párrafo?

¿En qué historia de amor muere el Romeo de turno a la primera de cambio?

Pero los lectores somos permisivos.

Tome entonces un lápiz y tache lo que le ofenda:

Los cuerpos desnudos el día del juicio...Una cama deshecha en la sala de un museo. Una bandera pisoteada. Sexo por dinero...Dinero por apología. El amor...Una blanca adolescente del brazo de un viejo millonario de cualquier color...El desamor. El método Ludovico. Sentir celos hasta morir. La decadencia, la desgracia...el hombre demacrado.

Las perversiones que no te atreves a soñar. Los trapecistas. El sexo del los viejos...El de los idiotas. Los pianistas. Las domadoras de elefantes...El alcohol.

Todo lo que te gusta leer...sin que nadie sepa que lo haces. Lo que descubres que te asusta de ti y todo lo que te ha gustado desde siempre.

Porque los lectores somos permisivos...

Por eso el mundo está lleno de narradores que mienten a este lado del papel. El lado desde donde yo misma escribo. En algún punto...tenderemos una trampa de una mentira, pero nunca queremos engañar.

El narrador nunca termina de hacer su trabajo. El narrador es el que le pide al lector que lo remate.

Solo hay que cerrar los ojos...y empezar soñar "a este lado del papel"

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