Hay una tendencia muy arraigada que profesionaliza todos los ámbitos de la existencia, es decir, contemplamos dicha existencia bajo la perspectiva de la productividad, como si nuestras vidas tuvieran que responder ante un consejo de administración. Y lo único que importara fueran los resultados.
Marcamos objetivos o metas muy definidos y eso...crea frustración.
Y también tiene efectos secundarios:
1.- Comportamientos poco éticos: para alcanzar el objetivo no nos importa emplear conductas no deseadas, engañando a compañeros con falsa devoción y supuesta sinceridad.
2.-Riesgos potenciales: daños colaterales e incluso propios para conseguir el fin y tantos años de entrenamiento te hacen actuar incluso de manera mecánica.
3.-Falta de Automotivacion: si el objetivo es lo que importa...no nos importa no realizar las tareas de manera adecuada. Repetimos constantemente los mismos argumentos ilógicos e insustanciales con tal de conseguir el fin.
Pero además, una vida enfocada a objetivos provoca ansiedad. Porque cuando se compite no siempre se puede ganar, no siempre se puede conseguir aquello que nos proponemos. Aunque nos esforcemos, aunque hagamos todo bien.
Entonces que? Estamos tan programados a lograr esto o aquello que provoca que no disfrutemos de lo que estamos haciendo.
Y el resultado es mas desasosiego. Mas ansiedad.
Te sientes desgraciada y el cansancio va en aumento lo mismo que crece la masa del pan.
Así, no es difícil entender que los psiquiatras definan la ansiedad como la epidemia de nuestro siglo.
Orientamos todo a la ética del objetivo. Del tener, del llegar. No del camino.
Si queremos librarnos de esa angustia, debemos fijarnos ámbitos de mejora. Trabajar en lo que nosotros somos; en el sentido de la identidad que está basado en el ser, sentir, ver, amar, estar triste, estar contento...experiencias humanas que no se pueden destruir.
Y no trabajar en lo que tenemos. Porque... quien soy yo si pierdo lo que tengo? Resulta amenazante esa posibilidad y descubres que tiene motivos para preocuparte y debes reaccionar antes de que sea demasiado tarde.
Enfocarse en los objetivos es trabajar para conseguir lo que quieres una vez.
Enfocarse en los ámbitos de mejora es progresar para alcanzar lo que queremos una vez y otra y otra...
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