Aunque no fui contraria a experimentar un amor romántico y una pasión física, si alguna vez los encontraba.....tampoco me ajuste a tener una vida sin esa experiencia.
Esperaba que te hubieras convertido en alguien distinto...una vez pasado este tiempo.
Me daba temor pensar en la posibilidad de que me arrebataras la libertad de elegir algo tan íntimo.
Cuando venían a mi cabeza ideas sobre ti, cerraba la puerta con fuerza para que no entraras y desviaba mis atenciones hacia otras cosas.
Tenía que distraer mi concentración mental como un niño al que hubiera que dar gusto y cambiarle un pensamiento por otro. Sacarte a ti de mi cabeza a cambio de cosas incontroladas e incluso siniestras.
Vuelos de imaginación en los que compartía, abrazos, besos y no solo contacto sentimental sino algo que me volvía valiente e independiente.
Creías que ibas a olvidarme por completo en cuanto la brisa te trajera algo nuevo que captara tu atención. Que pasarías a la próxima obsesión. Pero no pudiste. Y el veneno de esa reflexión te transmitió una ola de agotamiento por todo tu ser.
Actuaste como alguien elegante pero no como un hombre. Me trataste como a una desconocida cuando resulte ser esencial en tu vida desde el mismo momento que nos conocimos.
Todavía ahora, cuando escribo esto, me cuesta decir con detalle que sucedió, cuanto duro o por que acabo como acabo.
Si realmente acabo o si lo que hicimos fue amarnos en secreto....
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